VISITE À LA MAISON D´ACCUEIL MADRE TERESA
Ana Bermejo
Samedi 9 mars, nous, élèves de classes de Terminale, nous sommes rendues à la
maison d’accueil Madre Teresa d’Aranjuez pour apporter notre aide aux enfants qui y
résident.
L’année dernière, UX Saint Chaumond avait déjà réalisé des projets avec cet
établissement ; les enfants avaient très bien accueilli, avec joie et enthousiasme, cette
initiative.
Divers jeux ont été organisés, pour les petits comme pour les grands. À la fin de la
journée, nous leur avons offert les cadeaux (ballons, livres,…) achetés grâce à l’argent
obtenu lors marché de Noël de l’école.
Cette expérience nous a permis de faire la connaissance d’un grand nombre d’enfants
et d’adolescents dont la vie n’est pas facile du tout. Cet échange nous a permis de
développer notre patience, et à ne pas avoir de préjugés sur les autres.
Personnellement, cette visite à la maison d’accueil m’a permis d’apprendre à apprécier
tout ce qui m’entoure, à me rendre compte de la chance que j’ai de pouvoir compter
sur chacun des membres de ma famille. En outre, à travers cette expérience, j’ai appris
qu’il faut toujours avoir un sourire sur le visage, quelle que soit la situation, afin de
transmettre de l’optimisme aux personnes qui en ont besoin.
On espère y retourner en juin, après les épreuves du BAC.
María Escobar
El pasado sábado 9 de marzo, el curso de Terminale tuvimos la oportunidad de visitar la
residencia infantil, Madre Teresa, de Aranjuez. Esta residencia cuenta con unos 35 niños de 3 a
18 años que se encuentran en situación de desamparo y son tutelados por el Estado.
El objetivo de esta visita era, en primer lugar, entregar a los niños que viven en esta residencia
varios regalos que les habíamos comprado con el dinero recaudado en el mercadillo solidario
de navidad de este curso escolar; así como el dinero recaudado por el comité de padres con la
venta de los calendarios y la lotería de Navidad. Por otro lado, queríamos pasar un divertido
día de juegos con ellos y conocerlos, tal y como lo hicieron las alumnas de Terminale el año
pasado.
Cuando llegamos allí, estábamos un poco nerviosas ya que no sabíamos cómo iban a
reaccionar los niños de la residencia frente a nuestra visita, pero a lo largo del día, esta se
convirtió en la menor de nuestras preocupaciones ya que desde nuestra llegada nos acogieron
increíblemente bien.
El día comenzó con unos juegos de presentación para ir conociéndonos y después, los niños y
nosotras nos dividimos por equipos designados con los nombres de las distintas casas de la
película de Harry Potter, ya que era la temática del día. Después, nos invitaron a un aperitivo a
mediodía y más tarde a comer. Más tarde, y ya divididos en equipos, estuvimos participando
en juegos muy divertidos, organizados por los educadores del mismo centro. Tras los juegos,
tuvimos una gran merienda que organizamos nosotras con lo que habíamos llevado, como
bizcochos, galletas, piñatas, antifaces, etc. y así dar un toque festivo. Además, antes de
merendar abrieron, con una enorme ilusión, los regalos que les habíamos llevado. Finalmente,
después de una triste despedida, quedamos en organizar una barbacoa a finales de junio ya
que todos lo pasamos de maravilla y por lo general congeniamos muy bien.
Durante ese día, además de cantar, jugar y reírnos a carcajadas, conocimos a niños y niñas con
situaciones personales complicadas, que nos sorprendieron a todas por su cariño, su simpatía
y gran madurez. Estos niños y adolescentes nos contaron como era su día a día dentro de la
residencia, como era su relación entre ellos y varias anécdotas de su vida personal que nos
resultaron impactantes, pero que nos contaban como si fuésemos grandes amigos.
A nivel personal, esta experiencia me ha resultado de las más gratificantes y de las que más me
han llenado en toda mi vida, sino la que más. Ese día tan productivo me ha enseñado (y creo
que puedo hablar en nombre de todo mi curso) a eliminar todo tipo de prejuicios negativos
hacia las personas que son distintas a nosotras, ya que cada persona es distinta, tiene una vida
distinta, y he aprendido que no se puede juzgar una simple apariencia. Además, he aprendido
a valorar todo lo que me rodea y a agradecer hasta el simple hecho de poder volver a mi casa
con mi familia tras un día de colegio. Por otro lado, agradezco a Madame Yravedra y a
Madame Neill que nos hayan dado la oportunidad de conocer a estos niños tan buenos,
amables, simpáticos y agradecidos como son los de la Residencia de Aranjuez.
Para concluir, solo podemos decir que independientemente de los regalos, estamos
convencidas de que estos niños nos han aportado infinitamente más a nosotras que nosotras a
ellos. Además, esperamos con ansia que llegue el día de la barbacoa para repetir esta actividad
ya que nada más subirnos al autobús de vuelta a casa, lo primero que dijimos fue “¿Cuándo
podremos volver?”.








